En un terreno lleno de recuerdos de juegos infantiles construimos una casa que pretende capturar esos lugares previamente habitados: la zona del merendero, la explanada para jugar a la pelota...
y además añadir nuevas posibilidades de uso: ver el fuego y la puesta de sol al mismo tiempo, un columpio, un pequeño jardín de plantas aromáticas que se introduce dentro de la vivienda...
Una línea alrededor de todos ellos captura estos lugares y se convierte en una estructura que soporta los grandes paneles correderos de madera. Estos paneles proporcionan sombras tanto fuera como dentro de la casa.